PACMA documenta el “estrés” y el “miedo” que sufre el burro en la fiesta del Peropalo en Villanueva de la Vera (Cáceres)

CÁCERES, 22 (EUROPA PRESS)

El Partido Animalista PACMA ha documentado el “estrés” y el “miedo” que sufre el burro utilizado en la celebración del Peropalo, Fiesta de Interés Turístico Regional celebrado este pasado martes en la localidad cacereña de Villanueva de la Vera.

De origen desconocido, aunque muy antiguo, los vecinos de la localidad, disfrazados con ropajes de época, llevan a cabo el juicio popular de un acusado que avanza a lomos del burro, con la cara tapada con un saco y haciendo recorrido por varias calles del pueblo.

Según Pacma, el “problema” de esta celebración radica en el “estrés al que es sometido” el animal, pues la fiesta consiste en “rodear y abuchear” al acusado por las calles del pueblo, de forma que “el animal siempre está en medio del bullicio”, indica la formación animalista en una nota de prensa.

En las imágenes documentadas por el Partido Animalista se escucha al burro “rebuznar agitado mientras algunos asistentes intentan calmarlo”. Para la formación política, resulta “innecesario” someterle a estas condiciones y producirle “ansiedad” cuando podría utilizarse “un vehículo a motor o un muñeco aprovechando la tecnología que tenemos en el siglo XXI”.

Esta fiesta, asegura Pacma, es “controvertida” desde que “la sensibilidad por los animales comenzó a florecer”, y más desde que las imágenes y vídeos comenzaron a circular por internet llegando al conocimiento de las entidades de protección animal y los activistas.

La organización recuerda que el pasado 2022 fue admitida a trámite una denuncia interpuesta por la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA) que actualmente sigue en curso a pesar de las “negativas” del alcalde de la localidad, que argumenta que un veterinario acompaña al animal durante el festejo y lo examina posteriormente.

A este respecto, desde PACMA lamentan que solo se tenga en cuenta el sufrimiento físico a la hora de evaluar el bienestar de un animal, pues consideran que “el maltrato al que se somete al burro no es físico, como es el caso de los toros, sino psíquico”, apuntan.

“Es triste que en este país no se ampare como una realidad el hecho de que los animales sometidos a condiciones ambientales estresantes pueden desarrollar cuadros de malestar posteriores, e incluso enfermedades psicosomáticas que pueden condicionar su calidad de vida”, concluyen.