MÉRIDA, 14 (EUROPA PRESS)
El anunciado cierre del colegio Juan XXIII de Mérida no ha sentado nada bien en su comunidad educativa, que rechaza los argumentos esgrimidos la pasada semana por la Consejería de Educación al anunciar que el próximo curso sus alumnos, actualmente 36, y sus profesores, siete, deberán ser reubicados.
El sindicato CCOO ha convocado una concentración este lunes en las puertas del centro a la que han acudido padres de los alumnos, y que ha contado asimismo con la presencia del equipo directivo del centro, que no esconde la tristeza que le produce el cierre y la preocupación por que los escolares reciban en otro centro, dice su directora, Cecilia Chamorro, la atención que tienen ahora. También ha asistido para apoyar la protesta el diputado de Unidas por Extremadura Joaquín Macías.
Por su parte, la secretaria general de la Federación de Enseñanza de CCOO Extremadura, Lourdes Núñez, ha pedido a la Junta que se replantee el cierre del colegio, porque detrás no solo están implicadas “las plazas que se amortizan” de los funcionarios que están aquí destinados, o la reubicación del alumnado, sino “dejar una barriada con unas características muy específicas completamente desasistida”.
“Quitar aquí un colegio público es dejar a toda la zona de escolarización sin colegio público de referencia, y sin posibilidades en cuanto a características socioeconómicas y culturales de esta zona, que es muy específica”, ha señalado.
Núñez ha añadido que el alumnado tiene “otro tipo de dificultades más allá del aprendizaje, que también, y que ahora mismo están siendo atendidos con una atención a la diversidad más que suficiente, con proyectos muy implicados, tanto por parte del claustro como de toda la comunidad educativa”.
Todo esto “va a desaparecer”, incrementando la ratio de otras zonas y dejar a los alumnos de esta barriada periférica “sin asistencia de comedor, de aula de desayuno, de becas…”.
Todo ello irá en contra de la calidad de la enseñanza, que “pasa por disminuir ratios”, todo lo contrario que sucede cuando se apuesta por “cerrar centros de zonas periféricas y masificar otros en función de demanda pura y dura”. “Son criterios economicistas, no sociales”, ha advertido.
Y es que, ha señalado, los dos centros públicos más cercanos son el Antonio Machado y el Ciudad de Mérida, ambos a más de un kilómetro de distancia, lo que requeriría desplazamiento en coche, lo cual duda que vaya a solucionar, sino más bien lo contrario, ha señalado, uno de los “grandes problemas” de la barriada, que es absentismo escolar.
CIERRE “ORDENADO” DE CONCIERTOS
En esta misma línea, el diputado de Unidas por Extremadura Joaquín Macías, ha apoyado la protesta convocada por CCOO en defensa de la educación pública y contra el cierre del colegio, que no es el único caso en Extremadura, ha recordado, tras el cierre de otro centro en 2020 en Villanueva de la Serena.
Un colegio en una barriada “muy castigada” porque “no se ha cuidado”, sino que “se le ha dejado morir lentamente”, mientras que se encuentran “rodeados de centros concertados”. “No podemos consentir que la política de la Junta sea cerrar colegios públicos y seguir financiando centros privados mediante conciertos”, ha señalado Macías.
“Tendremos que ir cerrando conciertos, de una manera ordenada, negociada, pero este es el camino, dedefender la escuela pública, mejorar los servicios que hay, ofertar más recursos e ir cerrando los conciertos porque lo prioritario es la educación pública”, ha dicho.
Uno de los padres afectados, Marco Antonio Caballero, con cuatro hijos en el centro, con edades entre 3 y 7 años, ha subrayado que el cierre le supondrá “muchas dificultades”, pues teme que las “facilidades” con las que cuenta en este centro, en forma de becas para libros y comedor, no pueda disfrutarlas en otro.
Este padre en paro defiende la atención que reciben sus hijos en el centro, y rechaza el argumento de que no progresan en su aprendizaje, y todo ello en un colegio “familiar”, donde “entran y salen como quieren en el despacho de la directora”.
“Van a perder el buen ambiente, una familia, no van a tener esta libertad de movimiento en el colegio”, ha lamentado, al tiempo que ha pedido a los responsables de la consejería de Educación a que “vengan y nos lo explique a todos los padres”.
Finalmente, la directora, Cecilia Chamorro, ha mostrado su alegría por la respuesta que ha tenido la concentración en “un momento tan difícil”, ha reconocido, tras conocer la noticia del cierre que les ha dejado “tristes”.
“Hemos hecho todo lo que podíamos hacer para que esto no llegara”, ha lamentado, en alusión a los proyectos y servicios a la comunidad, las campañas de publicidad para visibilizar el trabajo del centro, que según ha dicho es de “muchísima calidad”, en tanto que se da mucha “importancia a la personalización del aprendizaje, a la inclusión educativa, al trabajo innovador…”.
Ahora, su única preocupación es que los alumnos se reubiquen donde las familias quieran y que “verdaderamente se haga un trabajo para que se les garantice la igualdad de oportunidades que entienden que aquí no tienen”, ha dicho.
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