La Junta de Extremadura baraja la construcción de un puente para salvar el tramo de la carretera N-523, que une Cáceres con Badajoz, tras el socavón que provocado por las fuertes lluvias de la borrasca Efraín.
Aunque en ese punto ya había canalizaciones debajo de la calzada, esta iniciativa pretende permitir el paso del agua ya que “cuando cae esa cantidad de agua a veces no es capaz de absorber el caudal suficiente”, ha explicado el delegado del Gobierno en Extremadura, Francisco Mendoza.
Mendoza también ha informado que, mientras tanto, se trabaja en un desvío alternativo, que se pondrá en marcha lo antes posible para permitir el tráfico en esta carretera.
La nueva alternativa solo permite el paso de vehículos ligeros. A los pesados se les recomienda que sigan utilizando las alternativas que hay en las autovías A-5 y A-66 para circular entre Cáceres y Badajoz.
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