MÉRIDA, 9 (EUROPA PRESS)
La delegada de Educación del Ayuntamiento de Mérida, Susana Fajardo, ha trasladado ya a la Consejería de Educación una serie de propuestas sobre el nuevo uso que tendrá el edificio del colegio Juan XXIII, que cerrará a partir del próximo curso, con el que espera que sirva para “poner en valor” la barriada de San Juan.
Un cierre que, como el de cualquier otro centro educativo, ha dicho, “no es agradable”, si bien ha subrayado que su situación de falta de alumnos “se venía prolongando en el tiempo”.
No obstante, sobre el nuevo uso ha señalado que es una competencia de la consejería, si bien ha remarcado, como así reconociera el propio secretario general de Educación, Francisco Javier Amaya, que la Junta se compromete a dar un uso educativo al edificio, propiedad del consistorio.
“Fue uno de los requisitos indispensables”, ha señalado Fajardo, quien ha añadido que el ayuntamiento estaba “muy preocupado” de la situación del colegio en los últimos años por la falta de alumnado y de solicitudes. Y es que, según ha dicho, la mayoría de los 39 alumnos del centro son “alumnado volante”, es decir, que llegan por traslada de otros colegios.
Fajardo ha lamentado que el “esfuerzo titánico” del equipo directivo y docente, con la directora Cecilia Chamorro al frente, de quien ha dicho que “se ha batido el cobre por sacar el centro adelante, haya permitido su continuidad, pero es que, ha dicho, “hay que reconocer que no era una de las opciones de las familias”.
Por todo ello, ha deseado “toda la suerte” a los profesores del centro, y se ha mostrado segura de que allá donde vayan “harán un trabajo fantástico” porque “son un tesoro de docentes y de personas”.
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