El Cáceres Patrimonio de la Humanidad viaja a Alicante en busca de una victoria tras el parón

Dos semanas después del último partido de competición contra Estudiantes en el Multiusos, el Cáceres Patrimonio de la Humanidad regresa este domingo al parqué, en este caso del pabellón “Pedro Ferrándiz” de Alicante, para afrontar la décima jornada de LEB Oro, tras el parón por la ventanas FIBA que ha servido para renovarse física y anímicamente.

Será a partir de las 12:15h cuando el equipo verdinegro se enfrente al HLA Alicante, un grupo muy compensado, con mucho físico y versatilidad, así como con gran variedad en su juego que querrá con este encuentro buscar su asentamiento definitivo en la liga.

Así lo ha expresado en rueda de prensa previa, Roberto Blanco, técnico del Cáceres, para quien los extremeños viajan a tierras alicantinas con “una ilusión enorme” y «muchas ganas” de demostrar y refrendar el trabajo del día a día del equipo con una victoria a domicilio.

“Tenemos 34 finales. Para nosotros es una final cada día. Cuando en algún momento no hemos pensado que era una final, se nos ha notado. El equipo tiene una capacidad de recuperación, trabajo y sacrificio que solo ellos lo saben. Cuando nos desviamos un poquito, somos un equipo muy vulnerable, pero cuando estamos al 200% somos muy difíciles de batir. Tenemos que pensar en la final del domingo”, ha explicado Blanco.

En frente, el Lucentum, un rival siempre complicado que ha tenido un comienzo dubitativo de liga, pero que ya está dando muestras de su calidad, con unos de los entrenadores más laureados de la competición como Gonzalo García de Vitoria, ha dicho su homónimo cacereño.

En opinión de Blanco, Alicante cuenta con jugadores con mucho nivel y experiencia, referentes en la liga como Llompart y Pitts, contrastados como Tomás y Matulionis, y otros que van creciendo a pasos agigantados como Menzies, así como “un deseo de cada verano de muchos equipos” Van Zegeren.

Será el primer partido de los cinco que tendrá el Cáceres en 24 días este último mes del año, siempre complicado para los equipos, especialmente por la condensación del calendario, pero que su entrenador espera sea productivo para el equipo.